"Tu desierto y el mío seguro que no son iguales; además, pueden ser situaciones que hace años venís transitando, aun con Jesús en tu corazón y eso hace que el polvo se pegue, que haya a veces raíz de amargura, tristeza, angustia, decepción, que la fe haya menguado o esté apagada...
PERO, TAMBIÉN EL DESIERTO NOS ENSEÑÓ A DEPENDER DE ÉL Y SÓLO DE ÉL... ÉL CUIDÓ DE VOS Y DE MÍ EN TODOS LOS DESIERTOS DE NUESTRA VIDA."
Adriana Parfeñik
Para ver el mensaje completo, visita nuestro canal de YouTube:
¡Dios te bendiga en este día!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario