Mostrando las entradas con la etiqueta Devocional. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Devocional. Mostrar todas las entradas

martes, 22 de diciembre de 2020

Devocional

Devocional Adriana y Mario Urquiza 21|12|20 

*El perdón* Mateo 18:21-22



Jesús le responde a Pedro que no tenemos que perdonar siete veces a una persona que peque contra nosotros sino setenta veces siete; eso significa que debemos perdonar tantas veces como sea necesario.

Sé que es difícil perdonar a una persona, más cuando es un familiar nuestro, amigo o alguien conocido. Cuando nos hieren de una forma emocional o física.

Qué significa perdonar? Perdonar: es la acción de liberar de alguien de una obligación para con nosotros.

También debemos entender que al perdonar no sólo esa persona es libre sino nosotros también somos libres. Porque la falta de perdón produce rechazo y termina en amargura causando tremendos daños, al no perdonar se siente un profundo vacio e incompresión, como que le falta algo en su interior, se siente solo, incomprendido, rechazado. Dios quiere que tomes esa decisión de perdonar, porque el tiempo pasa y el dolor se va haciendo cada vez mayor.

La falta de perdón trae enfermedad, en los huesos, en el estómago, en el corazón, y otras enfermedades.

Por eso el beneficio del perdón trae salud para nuestras vidas.

El perdón es la herramienta que nos ayuda a liberarnos de cargas, de rencores, deseos de venganza y aquellas emociones negativas, producto de una situación que nos hirió. El perdón no es facil, lleva un proceso, lleva un tiempo, mas cuando esa persona nos ha dañado, nos ha lastimado muy fuerte, el proceso del perdón en ocasiones toma años, siempre dependiendo de la magnitud del daño.

La esencia del perdón es reconocer la humildad, y ser capaces de abrir el corazón para perdonar, reconociendo de que somos humanos.
Para aprender a perdonarse y perdonar, es necesario aprender a aceptarse y aceptar a los demás.

El perdón hace que logremos conservar un estado mental de paz y bienestar interior, fortaleciéndonos ante la experiecia dolorosa.

Es tiempo de perdonar, es tiempo de soltar, dejá atrás el resentimiento. El perdón es una decisión. La Biblia nos declara que Dios produce tanto el querer como el hacer.

Necesitamos confesar y liberar el perdón hacia aquellos que nos han ofendido y lastimado.

viernes, 27 de noviembre de 2020

Devocional

~ Devocional 27|11|20 por María del Carmen Fabbri Rojas ~




Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que también nosotros podamos consolar a los que están sufriendo, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios (2 Co 1:3-4, RVC).

En esta época difícil y compleja muchas familias están sufriendo pérdidas de seres queridos. 

Y sí, sabemos que cuando parte un cristiano va a estar en un mejor sitio. Que es liberado de sufrimientos y penurias. Que se nos ha adelantado y algún día volveremos a vernos. Que ya está gozoso en la presencia del Señor.

Pero los que quedan “de este lado del cielo”… quedan con el dolor en carne viva. Sintiendo el ardor del filo que produce ese corte. Creyendo de a ratos que no es verdad. Y luego atravesarán un tiempo en que la ausencia les saldrá al encuentro por todas partes…

Amado Señor, te necesitamos tanto. ¿Quién nos conoce como vos? ¿Quién podrá comprendernos como vos, que también viste morir a tu Hijo?

Por favor, abrazá muy fuerte a cada una de esas personas doloridas. Que más que nunca puedan sentir tu presencia y llorar apoyadas en tu pecho. Consolalas, Padre de toda Consolación.

A los que todavía no te conocen, por favor dales una oportunidad grande de salvación. Que tu Espíritu Santo les dé gracia y les abra puerta para un encuentro con Jesús.

Y por favor, también ayudanos a nosotros para que sepamos acompañarlos. Enseñanos a ser sensibles a su aflicción y a sus necesidades. Que podamos reflejarles tu amor de la manera apropiada en cada caso. Que seamos sabios para dar una palabra oportuna, y prudentes para callar cuando eso convenga más que cualquier palabra. Y sobre todo, que sepamos estar junto a ellos cuando haga falta.

Ayudanos, Señor. Te necesitamos tanto.
 

 

miércoles, 23 de septiembre de 2020

Devocional

 ~ Devocional 23|09|20 por Adriana y Mario Urquiza ~



Juan.15:2. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.

En estos tiempo que estamos con esta pandemia Dios nos está tratando, a cada uno de nosotros. Dios está cortando algo en nuestra vida, no para herirnos, sino para nuestro bien. No obstante, el cortar implica dolor. De hecho, una de las definiciones de cortar es: “Dividir o separar la superficie de algo con un instrumento o cosa afilada.”

Cuando Dios nos lleva por un proceso en el que corta algo, la sensación que experimentamos durante ese tiempo, no suele ser de gozo. Simplemente no sería normal sentir placer.

Me imagino que les debe pasar igual a las ramas cuando el jardinero las corta. En el momento, hasta pudiera parecer una clase de castigo, pero el jardinero siempre sabe lo que le conviene más al árbol. Asi tambien Dios sabe lo que es mejor para nuestras vidas.

Es tan importante entender por qué Dios corta. El peligro es creer o llegar a pensar que Dios te está castigando o que estás pagando el precio por tus errores. Es una manera errónea de ver a Dios. La iglesia debe ser un lugar donde abunde el amor, el perdón y la comprensión. Dios no castiga pero sí corta. Nos dice el texto tomado de Juan que Dios corta para que puedas producir más.

“Él corta todas mis ramas que no dan fruto. Poda y limpia cada rama que da fruto para que así produzca más”. (Juan.15:2) 

Que el Espiruto Santo nos muestre qué hay en nuestras vidas. Dios necesita cortar para que podamos producir lo que todavía no hemos podido ¿Cuáles son las áreas en tu vida que necesitan ser visitadas y revisadas? ¿Por qué será que nos cuesta tanto separarnos de lo que nos hace daño? 

Dios en su inmenso amor y bondad entiende y sabe que si seguimos conectados a personas, pensamientos o relaciones tóxicas, jamás llegaremos a producir o alcanzar lo que Él en su eterna voluntad y amor se ha propuesto para nosotros. Dios está sumamente interesado en tu vida y quiere lo mejor para ti. Cuando Dios corta, y quiero que entiendas que Dios siempre corta, lo hace con la intención de prepararnos para el siguiente nivel de nuestras vidas. ¡Todo lo que Dios hace tiene propósito! ¡Dios tiene un propósito! El dolor momentáneo no nos deja ver el propósito, pero con el tiempo te darás cuenta.

Quizás en estos momentos Dios está cortando o te has aferrado a algo que no dará frutos en tu vida y no quieres que Dios lo corte. ¡Si Dios está cortando, alégrate! ¡Alégrate!!! Dios quiere darte algo mejor, pero en el proceso habrá dolor y confusión. Pero te aseguro que tu llanto se convertirá en baile.

Como dice el Salmo.30:11 “Convertiste mi lamento en danza; me quitaste la ropa de luto y me vestiste de fiesta”. 

Dios está preparando tu vida para una fiesta, pero no sin antes cortar. Cortar no es corregir, sino eliminar. Es muy importante que entiendas eso. El peligro es querer que Dios corrija, pero que no corte. Pídele a Dios hoy que corte y dale la luz verde para que lo haga. Te aseguro que si lo haces verás la Gloria de Dios en tu vida y te darás cuenta de que lo que perdiste en el proceso no se compara con lo que lograste obtener. Bien lo dice la palabra de Dios,

“Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada”. (Rom 8:18)

Lo mejor está por llegar, pero antes Dios tendrá que cortar. ¡Créelo!

Permitamos que Dios sane nuestras heridas a través de sus manos sanadoras y recordemos que Él corta para sanar y mejorar nuestras vidas y las de los demás

sábado, 19 de septiembre de 2020

Devocional

 ~ Devocional 19|09|20 por Victoria y Santiago Bonavita ~




*Salmo 33:1 TLA*

Ustedes, pueblo de Dios,
¡canten a Dios con alegría!
En labios de gente sincera,
suenan bien las alabanzas.

La palabra nos insta a cantar, a alabar a nuestro buen Dios, nuestro salvador, quien nos da la certeza de que al final, todo estará bien, porque estaremos a su lado.
Nos anima a cantar con alegría, pero... cómo cantar con alegría si no estamos pasando por un buen momento?
El Espíritu Santo nos ayuda y nos trae la convicción de que lo alabamos por lo que Dios ES y no por la situación en que nos encontremos.
En la obra perfecta de Jesús, nuestro destino esta seguro, qué mejor motivo para alabar con alegría durante toda nuestra vida?

No se trata de cómo nos sentimos para alabar, se trata de lo que Dios merece, y merece toda nuestra adoración, siempre.

Se trata de Él.

viernes, 18 de septiembre de 2020

Devocional

 

~ Devocional 18|09|20 por Yamil Cabrera ~




2 Co 4:6 NTV Pues Dios, quien dijo: «Que haya luz en la oscuridad», hizo que esta luz brille en nuestro corazón para que podamos conocer la gloria de Dios que se ve en el rostro de Jesucristo.

Fuimos llamados a salir de la oscuridad y a entrar en Su luz admirable. Dios hizo que esta luz brille en nuestro corazón quitando del medio todo lo que nos separaba, Su obra fue completa, absoluta y aplastante sobre el pecado y satanás. Ahora esta luz brilla en nuestro corazón para que cada día podamos conocer más la gloria de Dios, que no es algo que Él hace, sino que la vemos en el rostro de Jesús, en lo que Él es. Dios depositó su mayor tesoro, Su hijo, a Cristo, en nosotros y en Él están todas las cosas. Ya no necesitamos correr de acá para allá en busca de algo o alguien, necesitamos experimentar y conocer a este Cristo, que ahora habita en nosotros por medio de la fe. Hemos hallado la perla de gran valor, hemos encontrado el tesoro, por este motivo elegimos gozosos cada día ir a la cruz a despojarnos de todo lo que somos, elegimos estimar como pérdida nuestra vida con el único fin de conocerle y ser hallados en Él. Amamos al tesoro, a Cristo, por encima de todo, comprendiendo cada día mas Su infinito valor.

2Co 4:7 Ahora tenemos esta luz que brilla en nuestro corazón, pero nosotros mismos somos como frágiles vasijas de barro que contienen este gran tesoro. Esto deja bien claro que nuestro gran poder proviene de Dios, no de nosotros mismos.