miércoles, 23 de septiembre de 2020

Devocional

 ~ Devocional 23|09|20 por Adriana y Mario Urquiza ~



Juan.15:2. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.

En estos tiempo que estamos con esta pandemia Dios nos está tratando, a cada uno de nosotros. Dios está cortando algo en nuestra vida, no para herirnos, sino para nuestro bien. No obstante, el cortar implica dolor. De hecho, una de las definiciones de cortar es: “Dividir o separar la superficie de algo con un instrumento o cosa afilada.”

Cuando Dios nos lleva por un proceso en el que corta algo, la sensación que experimentamos durante ese tiempo, no suele ser de gozo. Simplemente no sería normal sentir placer.

Me imagino que les debe pasar igual a las ramas cuando el jardinero las corta. En el momento, hasta pudiera parecer una clase de castigo, pero el jardinero siempre sabe lo que le conviene más al árbol. Asi tambien Dios sabe lo que es mejor para nuestras vidas.

Es tan importante entender por qué Dios corta. El peligro es creer o llegar a pensar que Dios te está castigando o que estás pagando el precio por tus errores. Es una manera errónea de ver a Dios. La iglesia debe ser un lugar donde abunde el amor, el perdón y la comprensión. Dios no castiga pero sí corta. Nos dice el texto tomado de Juan que Dios corta para que puedas producir más.

“Él corta todas mis ramas que no dan fruto. Poda y limpia cada rama que da fruto para que así produzca más”. (Juan.15:2) 

Que el Espiruto Santo nos muestre qué hay en nuestras vidas. Dios necesita cortar para que podamos producir lo que todavía no hemos podido ¿Cuáles son las áreas en tu vida que necesitan ser visitadas y revisadas? ¿Por qué será que nos cuesta tanto separarnos de lo que nos hace daño? 

Dios en su inmenso amor y bondad entiende y sabe que si seguimos conectados a personas, pensamientos o relaciones tóxicas, jamás llegaremos a producir o alcanzar lo que Él en su eterna voluntad y amor se ha propuesto para nosotros. Dios está sumamente interesado en tu vida y quiere lo mejor para ti. Cuando Dios corta, y quiero que entiendas que Dios siempre corta, lo hace con la intención de prepararnos para el siguiente nivel de nuestras vidas. ¡Todo lo que Dios hace tiene propósito! ¡Dios tiene un propósito! El dolor momentáneo no nos deja ver el propósito, pero con el tiempo te darás cuenta.

Quizás en estos momentos Dios está cortando o te has aferrado a algo que no dará frutos en tu vida y no quieres que Dios lo corte. ¡Si Dios está cortando, alégrate! ¡Alégrate!!! Dios quiere darte algo mejor, pero en el proceso habrá dolor y confusión. Pero te aseguro que tu llanto se convertirá en baile.

Como dice el Salmo.30:11 “Convertiste mi lamento en danza; me quitaste la ropa de luto y me vestiste de fiesta”. 

Dios está preparando tu vida para una fiesta, pero no sin antes cortar. Cortar no es corregir, sino eliminar. Es muy importante que entiendas eso. El peligro es querer que Dios corrija, pero que no corte. Pídele a Dios hoy que corte y dale la luz verde para que lo haga. Te aseguro que si lo haces verás la Gloria de Dios en tu vida y te darás cuenta de que lo que perdiste en el proceso no se compara con lo que lograste obtener. Bien lo dice la palabra de Dios,

“Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada”. (Rom 8:18)

Lo mejor está por llegar, pero antes Dios tendrá que cortar. ¡Créelo!

Permitamos que Dios sane nuestras heridas a través de sus manos sanadoras y recordemos que Él corta para sanar y mejorar nuestras vidas y las de los demás

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