viernes, 7 de agosto de 2020

Devocional

~ Devocional 8|08|20 por Adriana y Mario Urquiza ~





*Gálatas.6:9-10*
No nos cansemos de hacer el bien.
Es desalentador hacer continuamente el bien y no recibir ninguna palabra de agradecimiento o ver resultados tangibles.

Pablo dice que no nos cansemos de hacer el bien, desafió a los gálatas y nos desafía a nosotros a seguir haciendo lo bueno y confiar a Dios los resultados. A su tiempo cosecharemos bendiciones. Hay una recompensa para todos los que se dedican sinceramente a hacer el bien, aunque nuestra recompensa se demore de seguro llegará.

No tenemos que discriminar a nadie a la hora de hacerle bien. No hay que hacer el bien a aquellos que me lo puedan devolver, eso es manipulativo y egoísta. Hacer el bien no es sólo para los que amo. Ni para los que me caen bien. 

El bien se hace a todos y sin esperar nada a cambio.
Pablo dice: según tengamos oportunidades, hagamos el bien a todos, y mayormente a nuestros familiares en la fe.

El apóstol Pablo no dice tiempo, sino oportunidad. Mientras tengamos vida en este mundo, tenemos tiempo, pero no siempre tenemos las oportunidades de hacer el bien, por lo que no deberiamos dejar escapar ninguna de esas oportunidades, las cuales nunca vuelven, podran venir otras, similares, diferentes, pero lo que pasaron sin ser aprovechadas, nunca mas volverán, y de ellas se nos pediran cuentas, conforme a lo que dice en Santiago 4:17 Todo el que conoce el bien que deberá hacer, y no lo hace, tiene pecado. Finalmente, hay que hacer el bien a todos, pero en especial a nuestra familia de la fe, que son: a los débiles en la fe, a los recién convertidos, en estos tiempo difíciles que estamos viviendo con esta pandemia de no olvidarnos de hacer el bien a los ancianos, ayudando con sus compras o algún trámite, si tenemos esa oportunidad de ayudarlo, dando palabras de ánimo, de fe y esperanza, hablándole del Señor a todos aquellos que lo necesiten.

Hacer el bien sin cansarnos, aunque no tengamos resultados, sin dejar de pasar cada oportunidad, porque la cocecha de nuestros actos solo puede ser completa en la eternidad.

No te canses de hacer el bien, se que afuera pareciera que todos estan en tu contra, confia. Haz el bien, no te dejes convencer por los demás, sigue los principios de Cristo y haz el bien en todos.
Siempre que tengas oportunidad haz el bien, sin importar quién o cómo. Haz el bien; muchas veces querras hacer lo contrario con personas que quizas te lastimaron, si es así, pide a Dios que ponga amor y perdón en tu corazón.

Acuérdate de que las oportunidades siempre estarán, aprovéchalas para hacer el bien y concéntrate en hacerle bien a tus hermanos en la fe.

jueves, 6 de agosto de 2020

ReCreo!!

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Devocional

~ Devocional 6|08|20 por Dámaris y Andres Elía ~




*Hechos 2:46-47 RV60* 
"y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.”

Las características de los primeros cristianos era la unidad, la unidad de doctrina, la unidad en el pensar y el actuar, la unidad de convicción, de fe, y de un mismo propósito (Hechos 4:32; Efesios 4; Malaquías 2:10; 1 Corintios 1:10, 10:16-17; Gálatas 3:26-28; Hebreos 10.24-25). Esa unidad que ellos manifestaban estaba aferrada en la persona de Jesucristo y de lo que Él enseñó (Juan 17). 

Juntos, compartían, se alegraban y alababan a Dios conscientes de su amor y de que su Espíritu no habitaba en edificios, sino que moraba en sus propias vidas, creyendo en las palabras de Jesús cuando dijo que su Presencia estaría en la unidad, en el acuerdo de dos o tres personas. 

La iglesia crecía en esta unidad con Cristo, su Palabra y sus hermanos. El favor de Dios estaba con ellos. Esta es la iglesia que impactaba a las ciudades y la iglesia a la que Dios añadía a los que “habían de ser salvos”.

Que podamos tomar su ejemplo, crecer en la unidad, en el estudio de la Palabra, en la oración y en la vida de cuerpo con los hermanos.

miércoles, 5 de agosto de 2020

La Palabra de los Miércoles!!


"La alabanza es la música del cielo que Dios sembró en nuestros corazones."



Devocional

~ Devocional 5|08|20 por María Pérez ~




"Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos..." Mt.14:14, RVR1960. Y concluye: "...y sanó a los que de ellos estaban enfermos". 

A veces se percibe la compasión como debilidad, pero es al contrario. Sólo quien ama puede ser compasivo. Solemos asociar la compasión con las carencias materiales, pero en realidad, hay muchos que lo tienen todo, y todo lo darían por hallar paz y sentido a su vida. Hay enfermos y gente cuya alma sufre. Hay multitudes, como dijo Jesús, con carencias diferentes, a quienes Él sigue mirando con compasión y quiere bendecir.

La Biblia nos enseña cómo es Dios, desde Génesis hasta Apocalipsis. Él quiso darse a conocer al hombre y aún quiere hacerlo. Jesús dijo " El que me ha visto a mí, ha visto al Padre" (Jn.14:9). Además, nos dejó su Palabra, viva y poderosa, para que prosigamos conociéndolo. Dios, (¡el Todopoderoso!), es un Dios compasivo, justo y Santo.

La compasión no es lo mismo que la lástima, que tiene connotaciones negativas. La compasión surge del amor cuando vemos la necesidad o el sufrimiento de otro. Y no es pasiva; implica una acción. Se identifica con el otro y procura su bien. ¡Y esta es una característica de nuestro Dios!

Lejos de ser una debilidad, la compasión es una virtud. Muestra grandeza de carácter; muestra el carácter de Dios desarrollándose en nosotros. La compasión se manifiesta de múltiples formas. Quizás tengas medios, recursos para actuar en favor de otros; dones y talentos; o quizás solamente la posibilidad de orar por los que sufren y están en necesidad. Que en este mundo de hoy, tan convulsionado, mostremos esa compasión que viene de Dios: llevemos a muchos Su salvación y Su bendición.

"El Señor es clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor." (Sal.103:8, NVI).