sábado, 30 de mayo de 2020

Devocional

~ Devocional 30|05|20 por Yamil Cabrera ~

Salmos 27:8 (NTV) Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR».

Amada iglesia, en medio de una tormenta global se puede escuchar la voz de Dios llamando a que fijemos nuestra mirada en su rostro. Quizás hoy nos encontramos como Elías, encerrados en una cueva y fuera de la cueva se escuchan fuertes vientos, ráfagas, terremotos e incendios, pero allí no esta Dios. A diferencia de Elías, nosotros fuimos encerrados no en temor, sino para ser trasformados.

Escucha iglesia, el silbo apacible o el suave susurro de Dios que llega a nuestro corazón. Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR». Es tiempo de responder a su voz, es tiempo de cerrar la puerta de nuestro cuarto y tener intimidad con nuestro amado. Es allí, en ese lugar secreto, donde los ruidos de afuera se silencian y nuestro Padre nos define y nos dice quiénes somos. Notemos esta pregunta que Jesús mismo le hace a sus discípulos:  Mt 16:15 Entonces les preguntó: —Y ustedes, ¿quién dicen que soy? La preocupación de Jesús no era lo que los discípulos iban a hacer sino qué conocimiento  tenían de Él. Seamos entendidos y aprovechemos el tiempo, despojémonos de todo peso o pecado en nuestra vida y corramos a sus brazos como la primera vez. Que el primer mandamiento sea restaurado en nuestra vida: amarlo con todo nuestro ser.

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