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viernes, 11 de diciembre de 2020

Devocional

~ Devocional 10|12|20 por María Bettina López ~



"Velen y oren para que no cedan ante la tentación, porque el espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil". Marcos 14:38 NTV

Jesús estaba orando en Getsemaní. Le había dicho a sus discípulos de más confianza que velaran porque su alma estaba muy triste, hasta la muerte. Y aún así ellos no pudieron velar (vrs 32-42). Los venció el sueño. A las vírgenes insensatas de la parábola de Mateo 25:3 les pasó lo mismo. No tomaron suficiente aceite. 

Nos puede pasar algo así? Que entremos como en un letargo espiritual que provoque que nos cueste leer la Biblia, o que leamos pero sin comprender ni asimilar lo que Dios nos quiere decir. O que nos cueste orar. Nos cueste disciplinarnos. 

El letargo es un estado de somnolencia prolongada. Nos quedamos como inertes, como dormidos o sin reacción. Si notamos que corremos el riesgo que espiritualmente nos pase esto, volvamos a poner la mirada en Jesús, el autor y consumador de la fe. Clamemos para salir de este estado y despertar. Renunciemos a ese letargo, despojémonos de toda preocupación entregándosela al Señor. Volvamos a sumergirnos en su Palabra, oremos, limpiemos nuestras lámparas de todo lo viejo y rancio y llenémoslas con aceite fresco, con su Espíritu. El Señor quiere hablarnos, quiere obrar en nuestras vidas, no para que vivamos libres de obstáculos, sino para que seamos sus amigos, los que transmiten su Palabra, para que seamos sus testigos, para que nos dejemos moldear de acuerdo a su propósito. 

«¡Socorro, Señor !», clamaron en medio de su dificultad, y él los salvó de su aflicción. Envió su palabra y los sanó; los arrebató de las puertas de la muerte.
Salmos 107:19-20 NTV

domingo, 22 de noviembre de 2020

Devocional

 Devocional 21|11|20 por María Bettina López 




Salmos 77: 1-3 Con mi voz clamé a Dios, A Dios clamé, y él me escuchará. Al Señor busqué en el día de mi angustia; Alzaba a él mis manos de noche, sin descanso; Mi alma rehusaba consuelo. Me acordaba de Dios, y me conmovía; Me quejaba, y desmayaba mi espíritu.

A veces la angustia que tenemos es tan grande que nubla nuestra fe. Buscamos al Señor a gritos, compungidos, y creemos que Él no nos escucha, que no quiere respondernos. Dice el salmista que su alma "rehusaba consuelo". Estaba tan agobiado que no le daba lugar a Dios para que le devuelva la paz. Te pasó alguna vez? Nos ponemos a pensar en el pasado, y nos hundimos mas. Nos quejamos. Y así nuestra fe va menguando. La situación que enfrentamos se agiganta. Pero luego, el v 11 dice: "Me acordaré de las obras de JAH; Sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas". Cuando sacamos la mirada de nuestro ombligo y la levantamos hacia el Señor, cuando recordamos sus obras, sus promesas y volvemos a creer en su amor, en la obra de Jesús en la Cruz, le damos lugar para que nos sane, nos levante, y podemos volver a empezar. 

Él es santo y poderoso y hace maravillas. Meditemos en sus obras para que nuestra fe se fortalezca.

viernes, 13 de noviembre de 2020

Devocional

~ Devocional 13|11|20 por María Bettina López ~ 




Salmo 80: 17-19 NTV

En tiempos difíciles como estos, muchos clamamos por un avivamiento, por cambios de valores que llevan a cambios de comportamiento, pero no por esfuerzos humanos sino porque el Espíritu Santo nos transforma. Para ello es necesario despertar del letargo y volvernos a Dios con denuedo, con pasión por Él y por las almas. Tan solo hablar de Dios no es señal de avivamiento. Este se produce cuando las vidas son transformadas y se ve el fruto, como dice Santiago 2:18. Dios es dador de vida. Jesús transforma cuando lo obedecemos por la fe en Él. Ya no somos los mismos al seguirlo y someternos a lo que Él quiera. 

Intercedamos por la Iglesia de Cristo, que somos vos y yo, y por aquellos que aún no se han animado a dejar entrar a Jesús en su corazón, para que acepten su amor por medio del Espíritu Santo y tengan una nueva oportunidad. Con Cristo no todos serán pétalos de rosa, también habrá espinitas, pero Él puede sanar las heridas si le damos lugar.

Tener un propósito en la vida, hacer discípulos, servir al prójimo, ser testigos, es lo que Jesús nos llamó a hacer. No para hablar bonito, sino para que nuestro entorno reciba el amor de Dios. Así el mundo cambiará, de a uno a la vez, por la obra del Espírito Santo y de su Iglesia.

sábado, 31 de octubre de 2020

Devocional

Devocional 31|10|20 por María Bettina López 




»El Señor de los Ejércitos Celestiales dice: en aquellos días, diez hombres de naciones e idiomas diferentes agarrarán por la manga a un judío y le dirán: “Por favor, permítenos acompañarte, porque hemos oído que Dios está contigo”».
Zacarías 8:23 NTV

Dios tiene promesas y planes para Israel, y también para cada uno de nosotros. Él quiere que prediquemos sobre Jesús para que nadie se pierda, para que todos procedan al arrepentimiento. Qué bueno que la gente pueda oír sobre el Dios maravilloso en el que creemos porque hablamos de sus maravillas y porque lo adoramos también con nuestras actitudes. Sabemos que somos cartas leídas, como dice Pablo a los corintios, y nuestras actitudes, en especial los gestos mas pequeños y en apariencia insignificantes, hablan mucho mas fuerte que nuestras palabras. Qué bueno que nuestra identidad pueda arraigarse de tal manera en Cristo que los que aún no lo conocen puedan ver en nosotros eso que ellos no tienen, que vean el amor de Dios y lo anhelen. Que vean cómo Dios nos ha transformado. 

Cómo nos conducimos? Reflejamos en nuestro andar al Dios que ama y tiene misericordia? 

Cuando somos agradecidos y vivimos confiados y gozosos por su gracia, quienes nos rodean lo notarán, y querrán también acercarse a ese Dios todopoderoso que salva, sana y restaura.

sábado, 10 de octubre de 2020

Devocional

~ Devocional 10|10|20 por Bettina López ~

"Hágase en mí según tu palabra" 
*Lucas 1:38 RV60*

Está claro que el propósito que Dios tuvo para María fue único e irrepetible. Pero Dios tiene un propósito para cada uno de nosotros, que también somos únicos e irrepetibles. Qué dice su Palabra de nosotros? Vivimos conforme a ella? Nos comportamos como nación santa, pueblo adquirido por Dios, como sal, como luz? 

La voluntad del Señor es nuestra santificación (1 Ts 4:3) que lo busquemos, que lo escuchemos, que le obedezcamos (Is 55:6-8), que seamos agradecidos (1 Ts 5:16-18). Y Él a cambio nos guiará alumbrando nuestros pasos con la lámpara de su Palabra (Sal 119:105), nos dará su paz (Jn 14:27). Entonces, cómo nos preparamos para hacer las obras que Dios nos preparó de antemano? Nos tomamos tiempo para buscar su voluntad? Le obedecemos? 

Muchas veces no nos animamos, dudamos, o no queremos pagar el precio. Cuando queremos algo y Él quiere otra cosa, quién gana? Estamos dispuestos a someternos, a menguar, a dejar que Él haga lo que se propuso en cada uno? Sólo tendremos esa paz que sobrepasa todo entendimiento cuando permitamos que Él realmente gobierne nuestras vidas y sea nuestro Señor.

viernes, 11 de septiembre de 2020

Devocional

~ Devocional por Bettina López 10|09|20 ~




Os 10:12 RV60 “Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; haced para vosotros barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia.”

El barbecho consiste en dejar descansar una parcela de tierra por uno o varios años, antes de volverse a cultivar, cuando, generalmente, se hace limpieza de ésta quitándole las malas hierbas, espinos, y malezas; entonces se dice que se "barbechea", es decir, que la parcela se labra disponiéndola con el fin de tenerla lista para la siembra.

Oseas vivió en un tiempo de corrupción moral y espiritual, quizás similar a nuestros tiempos. Pero Dios siempre mostró su amor y su misericordia, a más pecado, más misericordia. Como ahora. Dios sigue siendo el mismo, y odia al pecado pero ama al pecador. 

Y nos ama a quienes le servimos, y también quiere llamarnos a la reflexión y a que barbechemos, que limpiemos la tierra de nuestros corazones, que saquemos todos los terrones duros y los reguemos con su Palabra, con oración, que quitemos todo lo que molesta, toda amargura, rencor, malos hábitos, y que lo busquemos a Él con mayor fervor en estos momentos de tanta aflicción, enfermedades, falta de trabajo, muerte, desesperanza. Para que nos dispongamos para la nueva siembra, para la cosecha de almas que Él está preparando. 

Oseas predicaba a un pueblo adúltero, que buscaba refugio en otras cosas y no en el Dios verdadero. Como nos pasa tantas veces, que no ponemos a Dios en el 1er. lugar que le corresponde y perdemos el tiempo en otras cosas. 

Un profesor una vez nos hizo hacer un cronograma de lo que hacíamos hora por hora durante una semana: eso reveló a qué le dábamos importancia, dónde estaba nuestro corazón. ¿En qué ocupamos el tiempo? ¿Qué dejamos que entre por nuestros ojos y oídos, en nuestro corazón y mente? ¿de qué nos llenamos? Eso es lo que fluirá de nosotros después. Por eso debemos barbechar. Para después poder sembrar en justicia y segar, cortar el cereal maduro en misericordia. 

Sometámonos a su voluntad, que es la mejor para nuestras vidas.

miércoles, 19 de agosto de 2020

Devocional

 ~ Devocional 18|08|20 por Bettina López ~


*Sal 42: 1-3 RV60* Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?

Tenemos todo este tiempo para buscar al Señor, para acercarnos a su trono confiadamente y hallar el oportuno socorro. Por mas que no podamos juntarnos, cada uno en nuestras casas podemos levantar un altar, clamar como el ciervo en la brama, con plena seguridad que Jesús nos oirá y que su Espíritu Santo nos responderá.

Claro que anhelamos volver a estar juntos; pero mientras tanto clamemos unos por otros, intercedamos por las necesidades que se presentan, preguntemos a Dios: ¿qué querés hacer conmigo hoy? ¿Cómo puedo servirte? ¿Qué debo entregarte? ¿Hay algo que moleste en nuestra relación? Esa sed de Dios nos hace seguir vivos espiritualmente, nos ayuda a crecer, a santificarnos, a que Dios ordene nuestra forma de pensar, de mirar y de actuar. Mi alma tiene sed del Dios vivo.

Como nos decía nuestro Copastor Walter este domingo, ¿quién es Dios para mí? ¿Quién dices que soy? Clamemos como el ciervo por el obrar de Dios en nuestras vidas, busquémoslo con ese mismo anhelo, porque solo lo eterno da sentido a nuestras vidas.

Y Él a su tiempo nos dará la salida y podremos volver a alabarlo juntos. Seguimos siendo un Cuerpo, y su Espíritu nos une. Hay tantas necesidades por las que clamar, de salud, de trabajo, de salvación, de paz y reconcilación.

Clamemos al Dios verdadero, al único que puede y quiere darnos la salida.

miércoles, 8 de julio de 2020

Devocional

~ Devocional 8|07|20 por Bettina López ~






*Isaías 26: 3*
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. 

Ahora que tenemos tanto tiempo para pensar, prestemos atención a en qué pensamos. Este contexto quizás nos incita a pensar en derrota, a mirar de manera negativa. Pero Dios quiere que levantemos la mirada de las circunstancias y lo busquemos a Él; que nos concentremos en lo eterno. Que lo busquemos y lo escuchemos. 

Como decía la prédica del domingo: que aprovechemos bien el tiempo. Perseverar es mantenerse firme y constante en una manera de ser y de obrar. 

Si perseveramos pensando en el Señor, en su Palabra, en lo que Él dice de nosotros, y si confiamos en Él, tendremos paz. Pero para eso debemos vaciarnos de lo viejo y de lo que nos contamina y llenarnos de Él. Examinémonos, oremos y busquemos en su Palabra. Tomemos tiempo para escuchar a Dios y creamos, aferrémonos a lo que nos dice. Eso determinará nuestras acciones y nos alineará en la voluntad del Señor. El v 4 de Isaías 26 sigue diciendo: Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos. Él es nuestra paz.

miércoles, 27 de mayo de 2020

Devocional

~ DEVOCIONAL 27|05|20 por Bettina López ~


*Dios quiere sanar nuestras almas*

Salmos 107: 9 "Porque sacia al alma menesterosa, y llena de bien al alma hambrienta". 
En Dios no hay despropósitos, y en estos días de aislamiento, que bueno que podamos pensar en la eternidad, y en la condición de nuestra alma. Dios quiere sanar cada falta de perdón, cada raíz de amargura, cada herida, cada forma de pensar errada. Hay una palabra griega, - metanoia -, que tiene que ver con el arrepentimiento, particularmente con un cambio de mirada, ver las cosas de manera diferente. 

Como dice Hebreos 4:12, la Palabra de Dios es como una espada de doble filo que entra hasta partir el alma y el espíritu. Qué bueno que la dejemos entrar hasta aquellas áreas profundas de nuestro ser que todavía no le habíamos abierto porque dolían demasiado quizás. Que podamos alinear nuestros pensamientos, nuestro corazón, y en consecuencia nuestros actos, con la voluntad de Dios para cada una de nuestras vidas. Él tiene pensamientos de paz y no de mal, para darnos el fin que esperamos, nos dice Jeremías 29:11. 

En la última Santa Cena, en marzo, se nos dijo: Santifíquense, porque mañana haré maravillas (Jos 3:5). Esa es la voluntad de Dios, que el santo se santifique todavía (Ap. 22:11). Él hace el resto. No te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho ( Gn. 28:15 b). Nuestro Dios trino nos ama y es poderoso para sanar lo mas profundo de nuestro ser. Sólo tenemos que darle lugar.