miércoles, 11 de noviembre de 2020

Devocional

~ Devocional 11|11|20 por Adriana y Mario Urquiza ~
El desánimo




*Números 21:1-7*
Quizás estes pasando por momentos de desánimo y te encuentres con angustia, debilidad, quebrantamiento, problemas, luto, etc.

El desaliento no respeta a nadie, no respeta edad, sexo, posición social, económica, afiliación política, día o noche. No puede evitar que llegue, pero sí puede combatirlo y expulsarlo de su vida. Muchos cometemos el error de alimentar el desaliento con actitudes derrotistas, cuando tenemos las armas para alejarlo de nosotros para siempre y vivir vidas victoriosas.

Algunas situaciones que causan el desaliento:
Enfermedad, abandono, desempleo, divorcio, problemas económicos, la muerte de un ser querido, la prisión, frustraciones, etc. etc.

Al cristiano, todas estas cosas le conducen a perder el sentido de la vida cristiana, se queja de todo, inclusive de Dios, pierde el apetito por conocer más de Dios, pierde el gozo de haber sido salvo, todo le parece absurdo, ya no quiere continuar.

Al no creyente, el desaliento, lo conduce a ahogarse en sus problemas, se refugia en el alcohol, las drogas, amistades y muchos han optado por el suicidio.

El desánimo es una de las herramientas más devastadoras del diablo en sus ataques al creyente y quiere desviar con su arma más poderosa para tratar de derribarte.

Cuando el espíritu de desánimo este en tu vida, puedes estar tan turbado, que ni siquiera puedes hacer una oración, pero sí puedes hablarle a Jesús en tu espíritu, solo dile suavemente, Señor ayúdame, este ataque es demasiado para mi, tengo fe y confío en ti para que eches de mi todo espíritu de desánimo. Amén.

Dios tiene un plan maravilloso para nuestras vida, y ningún ataque satánico podrá alterar jamás esos planes. Dios sabe las penas, luchas y aflicciones que enfrentamos hoy.

Pero el sabe también las cosas gloriosas, que ha trazado para nosotros, el sabe la revelación que recibiremos, el gozo y la paz que poseeremos.

Que el desanimo no te prive de hacer grandes cosas para Dios.

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