~ Devocional 26|08|20 por María Pérez ~
“No es por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales". Zac.4:6, NTV.
Ésta es la palabra de parte de Dios dada por el profeta Zacarías a Zorobabel, gobernador de Judá encargado de reconstruir el templo de Jerusalén al regreso del exilio babilónico. Fue en un momento difícil en que parecía que no se podría realizar lo que Dios había encomendado.
No sólo le confirma que la obra se completará, sino que además afirma que los obstáculos, por grandes que fueran (como una montaña), serán reducidos a polvo. Dios cumple su Palabra, siempre. Ante nuestras propias dificultades podemos decir, como el apóstol Pablo, "Yo sé en quién he creído". No estamos a la deriva ni desamparados. El Dios de quien somos y a quien servimos está en control de absolutamente todo.
Hoy en día hay "temores colectivos", incertidumbre, "hiperinformación", obstáculos diferentes, impredecibles, que parecen impedir seguir adelante . No obstante, el Señor nos dice una vez más: "No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu".
Dependemos del Señor. Tenemos la certeza de que nuestro Dios protege, guía y sustenta a su Iglesia, a cada uno de sus hijos. Él cuida de nosotros. Lo prometió y lo cumple. Podemos vivir confiados en su amor y en su fidelidad. "... ¡el Dios de Israel da fuerza y vigor a su pueblo! ¡Bendito sea Dios!" Sal.68:35, RVC.
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