miércoles, 12 de agosto de 2020

Devocional

~ Devocional 11|08|20 por Noemi y Daniel Collins ~






*Santiago 1:12-13*
Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.

Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; debemos diferenciar entre prueba y tentación. La prueba es para crecimiento, para que desarrolle nuestro ser interior y salga lo mejor de nosotros. Para poder crecer en la fe; esto viene de parte de Dios 
Alguien dijo lo siguiente: "sin dolor, no hay bálsamo; sin espina no hay trono; sin amargura no hay gloria; sin cruz no hay victoria”. Ahora, cuando la fe es probada y rodeada por la oscuridad, y las olas son altas y amenazadoras, y todo parece perdido, el hijo de Dios sabe que éste no es el fin. Puede tener todo un tono oscuro de tristeza, pero más tarde, después, se transformará en gloria. El salmista dijo en el Salmo 30, versículo 5: Por la noche durará el lloro y a la mañana vendrá la alegría. Y aquí en la carta de Santiago, se nos dice: Porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.

La tentación es para hacerte caer. Para destruirte, para que salga lo peor de ti, esto viene de nuestro propio interior y del diablo.

Resistir las tentaciones, superar las pruebas, tiene un premio una corona, una bendición tangible en la tierra y vida eterna en el cielo. Y es por eso que al lograr el objetivo de Dios al permitir que nos lleguen las pruebas, nuestra madurez espiritual, somos bienaventurados.

Cuando pensamos en las pruebas de la vida no olvidemos que ellas son pasajeras, no son permanentes. Una vez que cumplen el propósito que Dios tiene al permitirlas, pasarán y pronto se transformarán en un recuerdo lejano.

Es tiempo de permanecer, de ser pacientes y soportar, a fin de mantenerse firmes en medio de las tormentas de la vida. Las pruebas en Dios, son más “beneficios” que "tragedias"; aunque en el momento que las pasamos no entendemos, pero debemos mantener nuestra mirada puesta en los propósitos de Dios. Recuerda siempre que: No hay prueba sin propósito, no hay prueba sin salida, no hay prueba sin corona.

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